COMIDA ABUNDANTE… ¡¡¡EN BARCELONA SOBRA!!!
Los halcones cazan en vuelo aves de mediano tamaño. Barcelona acoge una población importante de aves (palomas, tórtolas turcas, estorninos, gaviotas argénteas, etc) que dependen, en gran medida, de los restos de comida y desechos de los habitantes de la ciudad. Solamente la población de palomas de Barcelona se ha estimado en 180.000 ejemplares, presentes todo el año en la ciudad, a los cuales tendríamos que añadir los miles de estorninos, tordos, tórtolas turcas, vencejos y otras especies tanto nidificantes como hibernante. Baste decir que una pareja de halcones no llega a comerse un millar de palomas en todo un año, para comprender que la población barcelonesa de palomas proporciona alimento más que suficiente a las tres parejas de halcón nidificantes en Barcelona.
TRANQUILIDAD… LA TRANQUILIDAD EN LO ALTO DE LOS EDIFICIOS ES SUPERIOR QUE A PIE DE CALLE.
Los halcones son muy sensibles a las molestias humanas en época de cría. Fuera de la ciudad el principal problema que tienen los halcones es que pueden ser abatidos voluntariamente o involuntariamente en época de caza aunque actualmente es una especie protegida y que, por tanto, no se puede cazar. También son expoliados ilegalmente sus huevos o los pollos o bien pueden ser molestados por la presencia fortuita de escaladores cerca del nido (situación que ha sido muy corregida gracias al diálogo informativo con los escaladores). Obviamente, en la ciudad no hay cazadores ni escaladores, sin embargo, poden ser molestados en los puntos de cría por las personas que ascienden a la azotea o en trabajos de mantenimiento y limpieza en altura, cerca de sus atalayas o de los nidos.